Chips Rafferty

Era masón, iniciado en Lodge Literature #500 de United Grand Lodge of NSW & ACT en 1957.

Produjeron algunas películas de aventuras poco ambiciosas como Return of the Plainsman (1953) y King of the Coral Sea (1954).

Sin embargo, en su mayor parte, el trabajo cinematográfico lucrativo se encontraba solo en Hollywood: en largometrajes, como Kangaroo (1952), Mutiny on the Bounty (1962) y The Sundowners (1960);

Bajo contrato con Ealing, Chips tuvo una breve estancia en Inglaterra junto a Googie Withers en The Loves of Joanna Godden (1947), seguida de un papel integral en Massacre Hill (1949).

Después de sus deberes durante la guerra con la RAAF, Chips logró persuadir al director británico Harry Watt para que lo protagonizara en el papel fundamental del duro ganadero Dan McAlpine en The Overlanders (1946).

El éxito de taquilla resultante, tanto en casa como en el extranjero, llevó a Chauvel a repetir el ejercicio con Las ratas de Tobruk (1944).

Años antes de que Jack Thompson apareciera en escena, muchos consideraban a Chips Rafferty como la personificación del macho australiano estereotípicamente rudo, directo y lacónico.

Cuando ingresó a la industria del cine como extra con Cinesound Studios en 1939, John William Pilbean Goffage (apodado 'Chips' desde la época escolar) ya había visto mucho de la vida como esquilador de ovejas, pastor, cazador de roo, buscador de oro.

Después de su desfavorable debut en la pantalla en 1939, Chips llamó la atención del cineasta Charles Chauvel, quien le asignó un apellido que sonaba más pícaro y procedió a presentarlo como un heroico 'digger' en su drama patriótico de guerra Cuarenta mil jinetes (1940).