Walter Reisch

A sus últimas películas pertenecen "Teenage Rebel" (1956) con Ginger Rogers y "Viaje al centro de la Tierra" (1959) con James Mason.

En 1955 se convirtió en juez presidente del comité de la Academia en la categoría "Mejor película en lengua extranjera".

Por ello, fue co-ganador del Oscar a la Mejor Escritura, Relato y Guión en 1954.

En colaboración con su excompañero escritor Charles Brackett, primero trabajó en locaciones en las Cataratas del Niágara, ideando toda la historia original de Niagara (1953), con Brackett manejando el diálogo y la producción.

Reisch trabajó a continuación en Titanic (1953), para la que desarrolló muchos de los personajes investigando artículos periodísticos contemporáneos.

A pesar de este contratiempo, volvió a su mejor forma de escritura después de unirse a 20th Century Fox en 1949, aunque tuvo que adaptarse a una nueva metodología de trabajo: los presupuestos y los horarios eran más ajustados y casi todo tenía que pasar por Darryl F. Zanuck;

Reisch tuvo otra oportunidad de dirigir con Song of Scheherazade (1947).

Reisch también tenía una habilidad especial para adaptar los guiones a una estrella específica, lo que logró con gran efecto para Greta Garbo (con Ninotchka (1939)), Clark Gable (con Comrade X (1940)) e Ingrid Bergman (con Gaslight (1944).

En MGM (1938-48), su principal contribución fue en la construcción de historias, resolviendo problemas de continuidad, brindando narrativa, inventando personajes y haciendo que las relaciones entre personajes fueran plausibles y convincentes.

Para 1936, la situación política en Austria había hecho insostenible que Reisch continuara con su trabajo.

Después de escribir y dirigir la comedia Los hombres no son dioses (1936), protagonizada por Miriam Hopkins, Reisch recibió inesperadamente una oferta de Louis B. Mayer, quien se encontraba de gira por ciudades europeas buscando talento.

Tuvo un breve resurgimiento en Viena, donde trabajó con Willi Forst en la comedia Maskerade (1934) y la película biográfica de Franz Schubert Unfinished Symphony (1934).

A partir de 1930, logró cumplir su ambición de larga data de escribir letras para películas de ópera.

Durante los siguientes tres años, contribuyó a muchas melodías que se hicieron populares en todo el continente europeo, incluidas en películas como Zwei Herzen im Dreiviertel-Takt (1930), The Theft of the Mona Lisa (1931) y A Blonde Dream (1932).

En 1925, Reisch regresó a Austria para especializarse como guionista.

Lorant le dio a Reisch un respiro al ascenderlo como asistente de dirección en Die Narrenkappe der Liebe (1921).

Después de completar sus estudios de literatura en la Universidad de Viena, Walter Reisch comenzó su carrera cinematográfica como extra y guionista en 1918. Eventualmente conoció a Stephan Lorant, un refugiado del régimen de Horty en Hungría, quien, en un solo año

Su último esfuerzo digno fue un drama poderoso e infravalorado basado en un sensacional escándalo de 1906: La chica del columpio de terciopelo rojo (1955).